Discapacidad visual: desde las tecnologías asistivas a la accesibilidad Web en Venezuela.


Luis Ernesto Navas Mora

luisernestonavas@gmail.com


En la década pasada, el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología recibía propuestas de proyectos de innovación relacionados con la discapacidad visual. Se trataba de tecnologías para la movilidad personal fundamentalmente. Pero también hubo intentos de incursionar en el mundo de las tiflotecnologías.

Por tiflotecnologías nos estamos refiriendo a todas aquellas tecnologías que median entre las tecnologías de información y las personas con discapacidad visual. Así teníamos propuestas como la de teclados para computadoras de escritorio o teléfonos celulares de baja gama con el alfabeto braille.

Propuestas de ese tipo tenían dos problemas. En primer lugar, evidenciaban cierto desconocimiento de las necesidades de las personas con discapacidad visual, y difícilmente tenían una conexión con una industria que lograra poner tales productos en el mercado, en segundo lugar. El ejemplo que nos ocupa, el del teclado, resultaría inútil para la mayoría de esta población, debido al hecho de que por lo general, las personas con discapacidad pueden utilizar teclados convencionales sin ver las teclas, así como las secretarías de décadas pasadas que mecanografiaban con el "método ciego", es decir, se abstenían de ver el teclado sino la hoja en la que estaban escribiendo. Los ciegos hacen más o menos lo mismo sin mayores complicaciones, salvo excepciones a causa de determinadas condiciones o necesidades.

La tecnología ha cambiado desde entonces. Para el uso de computadoras de escritorio y portátiles se disponen de lectores de pantalla en software libre o privativo, así como de magnificadores de pantalla para quienes disponen de una visión reducida. Asimismo, Google Play de Android y Appstore de IOS disponen de opciones de lectores de pantalla, tales como Talkback y Voice Over, que permiten el uso de los teléfonos inteligentes para personas con discapacidad visual sin costos adicionales a los del propio equipo.

La inventiva tecnológica sigue siendo necesaria para muchas cosas, debido a que la vida de las personas con discapacidad es muy complicada, y es necesario adaptar cada proceso de acuerdo con el tipo y nivel de discapacidad, así como a las necesidades específicas de cada persona. Ahora bien, en el caso específico de las tiflotecnologías, lo que se requiere es más software para cumplir con funciones específicas, así como más accesibilidad en el software disponible para cualquier uso. Ciertamente, se ha venido avanzando mucho en este sentido.

Sin embargo, lo que más ayudaría en la actualidad a las personas con discapacidad visual con necesidades de información, de acuerdo con nuestro criterio, es la masificación de los criterios de accesibilidad en los contenidos textuales y visuales disponibles en la Web.

Se puede decir que el desarrollo de la tecnología de lectura de pantalla, que permite que una persona con discapacidad visual escuche los textos de un sistema operativo mediante una voz robótica, y además pueda operarlo con cierta fluidez, es una etapa superada. Resta que los contenidos sean accesibles. Para ello, se han desarrollado recomendaciones técnicas para garantizar la accesibilidad de los contenidos en cualquier plataforma, y en la Web. Así tenemos las Pautas de Accesibilidad para el Contenido en la Web (WCAG, por sus siglas en inglés), desarrolladas por la World Wide Web Consortium (W3C) que en Venezuela fueron convertidas en norma mediante la resolución 025, publicada en la Gaceta Oficial Nº 39.633 de fecha 14 de marzo de 2011 del Ministerio del Poder Popular para Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias.

Dicha norma, aún vigente, obliga a las páginas Web del Estado venezolano a cumplir con las pautas de la W3C, lo cual sería suficiente para que las personas con discapacidad accedan a todos los contenidos disponibles. Sin embargo, su incumplimiento es notable. También hay que decir que el cumplimiento de estas pautas resulta bastante complicado debido a que exige adaptaciones para todas las discapacidades y en todas las partes de una página Web, incluso en sus enlaces externos. Mucho ayudaría que las páginas Web del estado incorporaran tecnologías como los CAPTCHA invisibles, que son compatibles con los lectores de pantalla, y que cumplan con un conjunto limitado pero clave de pautas.

Por otra parte, al día de hoy es necesario que exista una norma similar para garantizar un mínimo de accesibilidad Web en páginas de servicios públicos, y particularmente las entidades bancarias que suelen ser muy reacias a la incorporación de pautas de accesibilidad Web en cuanto se considere que tales irían en detrimento de las medidas de seguridad implantadas. En este sentido, se debe señalar que la seguridad no se tiene por qué ver comprometida por la accesibilidad Web. Asimismo, sería conveniente avanzar en mediciones de la accesibilidad, insistir en el uso de los criterios de accesibilidad y generar actividades de formación en línea en la materia dirigidas a profesionales responsables de la administración de contenidos en la Web de los sectores público y privado.



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