Agricultores de Gavidia en Mérida impulsan producción de alimentos nativos


 






Prensa Mincyt/Karina Depablos.- La Alianza Científico-Campesina llegó al páramo de Gavidia, ubicado en el municipio Rangel del estado Mérida, para cambiar por completo su rutina de producción agrícola.

Ahora, con el apoyo de la Corporación para el Desarrollo Científico y Tecnológico (Codecyt) ente adscrito del Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología (Mincyt), el pueblo campesino de Gavidia se dedica a rescatar semillas de papa nativa como método innovador y estratégico para garantizar la producción alimentaria.

De acuerdo con el maestro semillerista Bernabé Torres, en el páramo de Gavidia no se ha parado la producción de semillas a pesar de la pandemia.

“Hemos trabajado en pandemia, respetando la cuarentena. Si hubiéramos parado no tendríamos lo que tenemos ahora. Los invernaderos están preñaítos: no cabe una mata de papa. También tenemos trigo y avena. Tenemos de todo”, expresó.

Torres aseguró que, con la Alianza Científico- Campesina se le ha dado una vuelta al pueblo de Gavidia, en la Sierra Nevada de Mérida, puesto que ahora los trabajadores del campo cuentan con ayuda técnica y acompañamiento del Mincyt.

“Estamos trabajando de la mano con ellos, Codecyt; los agricultores de Gavidia nunca habían tenido esto, y nosotros estamos de la mano trabajando porque esa es la columna vertebral de este gran proyecto”, manifestó.  

El vocero de Gavidia comentó que ser semillerista es un trabajo tan exigente como la maternidad y la paternidad, porque se requiere de infinitas dosis de paciencia y compromiso.

“No todo el mundo es semillerista. Para ser semillerista, tienes que tener la paciencia del mundo. Es como criar un hijo muy pequeño, tienes que darle todo para verlo crecer. Tienes que ir sembrando, para ver cómo se va extendiendo y creciendo”, enfatizó.

Bernabé Torres explicó que, en el páramo de Gavidia, están muy contentos con los resultados obtenidos con el rescate y la multiplicación de las semillas nativas.

“El rescate de las papas nativas es un trabajo muy bonito. Aquí nos involucramos todos. La integración aquí es grande. Tenemos 6 niños y niñas, todos participan en la producción. Ellos saben de invernaderos, de todo el proceso, se saben todos los nombres de las papas y pueden explicarle a cualquiera. Todo es con el ejemplo. Ellos hacen lo que yo hago, me imitan. Así transmitimos el conocimiento de una generación a otra”, puntualizó. 

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